La comunidad aragonesa se prepara para recibir a alrededor de 20.000 temporeros durante la temporada de la fruta. Entre las principales demandas de los sindicatos se encuentran el alojamiento digno y la mejora de las condiciones laborales para estos trabajadores.
Localidades como Fraga o Caspe ya están organizando la logística necesaria para acoger a los temporeros. Aragón, una región eminentemente agrícola, despliega su extenso territorio de cerca de 48.000 kilómetros cuadrados para cultivar una amplia variedad de productos que abastecen tanto a sus habitantes como a los consumidores externos.
La campaña de la fruta dulce es una de las más significativas para la comunidad, iniciándose en estas fechas y extendiéndose hasta después del verano, cuando la demanda de mano de obra en el campo alcanza su punto álgido.
Los temporeros, trabajadores temporales del campo, juegan un papel fundamental en la recolección de los cultivos, transformando la vida en los pueblos y aumentando considerablemente su población durante esta época del año. Según estimaciones del sindicato agrario UAGA, se requieren entre 18.000 y 20.000 temporeros para la temporada, aunque es imperativo garantizar condiciones laborales dignas para ellos.
La figura del fijo discontinuo está siendo aprovechada para la contratación, pero aún queda mucho por hacer para dignificar esta profesión, vital para el sector agrícola, y que depende en gran medida de los inmigrantes.
Uno de los principales desafíos para los temporeros es encontrar alojamiento adecuado, una dificultad que algunos agricultores están abordando al ofrecer vivienda junto con el empleo. Esta práctica se está volviendo cada vez más común y facilita tanto la contratación como la retención de trabajadores.
Es necesario establecer un convenio estatal que regule la situación laboral de los temporeros en todo el país, ya que actualmente cada región tiene sus propias normativas. La falta de regulación puede llevar a situaciones precarias y peligrosas en el trabajo, incluso con consecuencias fatales.
Los sindicatos también subrayan la importancia de regularizar la situación de los migrantes, que desempeñan un papel crucial en esta época del año. Además, se destaca la necesidad de integración y respeto hacia estos trabajadores en las comunidades rurales.
Los municipios, conscientes de los picos de población que experimentarán, están tomando medidas para recibir a los temporeros. Desde la habilitación de alojamientos hasta la provisión de servicios básicos como duchas y kits de limpieza, se están implementando acciones para garantizar una estancia digna para quienes llegan en busca de empleo temporal en el campo aragonés.
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